Qué es el concepto de pobreza relativa en las ciudades?

La pobreza en las ciudades es tan relativa como en todos los estamentos sociales, así que resulta complicado explicar qué es en realidad la pobreza, pues depende de cada momento y situación social sobre la que nos pongamos a analizar. Todxs nosotrxs hemos escuchado la frase: “Fíjate, muy pobres, muy pobres, pero llevan teléfono móvil”

Hace 50 años solo los ricos tenían coche y a los pobres se les notaba porque no comían sardinas en lata o por no tener ducha en su casa. Sí, en España. Y unos 10 años antes era la que ahora llamamos Clase Media la que no tenía lavabo en su casa y menos todavía bañera.

La pobreza se relaciona más con lo que NO se puede tener (nunca con lo que no se quiere), en relación a lo que es básico y necesario en cada momento. Por eso hablamos siempre de pobreza relativa. Hoy, quien no puede tener internet es pobre. Quien no puede tener calefacción es pobre. Quien no puede tener agua caliente es pobre. Y la sociedad debe buscar los mecanismos para dotar de esas necesidades a los que no las pueden tener, en relación a sus vecinos de calle.

En Alepo (Siria) no tienen hospitales, internet, escuelas o agua corriente. Allí por desgracia, la pobreza tiene otro relativismo. Hay barrios que sí tienen de todo eso y otros no tienen ni techo. Volvemos al relativismo de la pobreza en las ciudades.

No es lo mismo —a la hora estadística y real— esa misma pobreza en las ciudades que en las zonas rurales, entre los jóvenes que entre los ancianos. Por eso luchar contra la pobreza tiene muchas aristas que a veces se solapan entre ellas, haciéndolas incluso complejas de explicar.

Es normal ver poblados de personas que siempre ha vivido de una forma determinada, que cuando en televisión nos muestran redadas de la policía nos parece que viven de forma mísera, en viviendas y habitaciones sin lo más mínimo de calidad, y que en los registros se les encuentran cientos de miles de euros. ¿Cómo medimos esa pobreza donde hay niños sin escolarizar, mal alimentados, pero vestidos?

Normalmente en las ciudades la pobreza real está escondida. Por varios motivos, pero no es fácil verla. En los últimos años la vemos pues ronda los cubos de basura, los supermercados a ciertas horas. Recibe ayuda desde diferentes organismos privados y públicos, pero de forma disimulada, para que no se estigmatice la ya de por sí, dura realidad. La pobreza ha crecido mucho en España, más de lo que nos imaginamos.

A veces en las ciudades escuchamos tonterías que nos indican que quien las pronuncia no se acerca nunca a la pobreza a verla de cerca, como esa frase desafortunada de que: "…en realidad el aumento de la pobreza es porque ahora se les ayuda más".

Nadie, y vuelvo a repetirlo, nadie, pide en la calle o en organismos oficiales o privados, por el supuesto derecho de lograr esa ayuda. Quien acude a solicitar ayuda es porque la necesitaba mucho antes de pedirla. 
 
Otra cosa bien diferente es que el concepto relativo de pobreza no encaje con el que cada uno de nosotros tengamos de antemano. Venimos programados para pensar que los pobres de hoy deben ser ser iguales a los pobres de los años 50 y 60. O igual a los pobres que nos muestran a veces las televisiones. Aquí tenemos el error básico. 
 
La pobreza tiene muchas caras, muchas aristas, y ante todas ellas debemos estar atentos para evitarlas. Y para finalizar os dejo una reflexión muy egoista: “La mejor manera de no llegar a ser pobres, es evitando que sean pobres en exceso los que nos rodean en nuestra sociedad”.