Árboles condenados a morir por desidia

Estos árboles son el ejemplo del mal trabajo de mantenimiento de las zonas verdes, que hay que mejorar en los parques urbanos de las grandes ciudades (las pequeñas cuidan más estos problemas). Algo que hay que evitar sumando más cuidado (y más horas totales) de los técnicos municipales o privados que se dedican desde la jardinería a cuidar los árboles de los parques, y que deberían tomar medidas antes de que sea demasiado tarde.

Estos pinos son una pequeña muestra de lo que sucede en muchas ciudades, y ejemplos como estos hay a decenas en cada una de ellas, aunque también hay que reseñar que en algunas ciudades estos problemas se corrigen en cuanto se detectan. 
 
Las ciudades con fuerte viento y en donde los árboles no siempre se plantaron a la profundidad necesaria, son los más proclives a este problema, y al crecer algunos ejemplares se inclinan peligrosamente. Si no se actúa sobre ellos en el momento preciso, con un mantenimiento básico que es colocar unos tutores especiales con una zona de apoyo clavados en el suelo, bien de madera o de hierro, para que el árbol no se siga torciendo, al final el árbol se tala y se dejan las raíces y no se planta nada y queda el testimonio vacío de un mal trabajo en mantenimiento.