Nueva biblioteca en la ciudad china de Tianjin


Siempre pensé que tras visitas la biblioteca de Birmingham era complicado imaginarme otra mejor. Encontré una muy hermosa y fea, todo en el mismo conjunto, en Madrid, la biblioteca Escuelas Pías en el barrio de Lavapiés. Pero ahora descubro que en China han rizado el rizo, han adelantado a Birmingham y han creado una biblioteca en la ciudad de Tianjin y en el nuevo barrio de Binhai..

La biblioteca es como una esfera, en cuyo centro hay un auditorio. Toda la esfera es aprovechada para posicionar estanterías de libros y para crear tanto escaleras como zonas para sentarse. El resultado final es un espacio en el que estás rodeado de libros y el lector en medio de ellos y con luz natural si es la hora de ello.

La futurista biblioteca es ya una atracción turística. En la primera semana de apertura recibió 10.000 visitantes al día, llegando a los 18.000 diarios en fin de semana. Y será además un centro cultural que revitalizará toda la zona.

Tiene un total de 33.700 metros cuadrados, 5 plantas y dicen que contendrá más de un millón de libros, para consulta y préstamo. Además tendrá cuando ya funcione a pleno rendimiento varias salas de lectura, instalaciones educativas, oficinas y salas de reuniones. ¿Es una biblioteca o un edificio hermoso con libros?


El boulevard Ney en París, una zona común en Europa

Cuando viajas por Europa o por los países ricos, sigues viendo barrios de pobreza, chabolas, errores urbanos, indigenes tirados en las calles. Yo los he visto este año en Berlín, en Bruselas, en New York o en Milán, sin olvidarme de Madrid. Parece una constante que nos arropa como sociedad, incapaces de saber resolverlo.

Son submundos que a veces se ven y muchas veces no, pues ellos mismos procuran taparse, esconderse, para que les dejen en paz. Hoy veo en El País que en París sucede lo mismo, y es lo normal que así sea, forma parte desgraciadamente de nuestra forma de vida.

En el poblado de chabolas del boulevard Ney en París, una bidonville (literalmente ciudad de bidones) viven familias de rumanos, como sucede en Etiopía con las personas que viven dentro de contenedores de basura, metálicos, donde ni se mojan cuando llueve ni pasan tanto frío como durmiendo entre cartones. Nadie osa emplearlos para meter basura dentro de ellos. Son viviendas en la calzada de las calles.

Estos barrios escondidos de las grandes ciudades siempre tienen el mismo aspecto. Muy sucios, llenos de basuras amontonadas, escondidos y en formas de líneas donde a los dos lados se van amontonando plásticos y ladrillos, uralitas o maderas. El caos en las zonas comunes es atroz, pero no así en sus interiores donde cada persona o familia y según su propia personalidad, van conservando una limpieza mínima, dentro de sus posibilidades.

Son nómadas, les da igual si se les echa de la ciudad. Se van a otra. O a otro barrio. Pasan el problema a otra zona y tal vez sea peor, pues hay que volver a controlarlos, algo nada sencillo, pues entre los desposeídos de la tierra se meten delincuentes y asquerosos violentos.

Dice El País que en París hay ahora 571 barrios de estas características, y que en este viven en la actualidad una 300 personas. Los datos son brutales. Unas 16.000 personas viviendo en París en estas condiciones. ¿Y en Berlín, Madrid o Bruselas? De ellos más del 30% son menores sin escolarizar en casi todos los casos.

La solución no es sencilla, por mucho que algunas personas piensen que sí, y que ellos lo saben resolver en 24 horas. Eso demuestra que nunca se han acercado al problema. ¿Quieres que resuelvan el problema en Barcelona para que venga a Zaragoza? Por cierto, no suelen ser familias aisladas, sino grupos familiares los que habitan estas zonas, donde el efecto llamada es constante. Pero no efecto llamada por lo bien que se encuentran, como dicen algunos mal informados. Efecto llamada por la seguridad que les representa el que se conozcan y se controle el acceso a estas zonas. Entre ellos también saben defenderse de los indeseables.

Parque de New York, para copiar y aprender

Estas imágenes son de un parque de una gran ciudad. Lo de menos sería de cúal. Un parque que cruza media ciudad, utilizando las vías de tren ya inutilizado, y donde se ha edificado con poca inversión relativa, un parque para el sosiego dentro de una ciudad diabólica, llena de tráfico y ruidos. Se ha edificado un concepto de isla alargada, un oasis que esconde la realidad urbana, que arropa a los ciudadanos entre arbustos altos y árboles dejados crecer de forma “casi” natural, con el añadido de elementos y mobiliario urbano de lo más distinto a lo que podemos ver en otro tipo de parques.

Zonas para caminar descalzo sobre espacios planos en el suelo donde discurre el agua corriente. Espacios para estar tumbados sobre largos bancos de cemento y madera. Recogidos espacios encerrados entre arbustos para tomar el sol en traje de baño dentro del centro de la ciudada pero alejados de las miradas de los transeuntes. Espacios para máquinas de refrescos junto a zonas de venta de arte amateur. Pequeños anfiteatros para representaciones no programadas. Muchas obras de arte efímero o no y profundamente repartidas por todo el recorrido. Zonas de mirador para ver el entorno en contraste con el parque. Puntos de conexión libre a internet. Espacios para el descanso.

Más de 2 kilómetros de parque nuevo en el centro de una gran ciudad con otros parques. ¿Alguien quiere copiar?



Edificios prefabricados modulares, para viviendas o industrias

Crece en España y mucho la utilización de casas modulares prefabricadas que aunque comenzó como una forma de resolver casas de obra, y como algunas segundas viviendas, hoy está paliando los efectos de la grave crisis económica que ha sufrido España y el encarecimiento del precio de la vivienda, unido a la falta de mano de obra que se desplace a precios normales hasta ciertas zonas rurales a construir viviendas o naves industriales.

Este tipo de construcción alternativa permite ahorrar costes y tiempo de fabricación. Y sobre todo en edificación industrial se ha triplicado desde el 2014, especialmente en el norte y en el interior de España. Pero este crecimiento sigue siendo mucho menor que en otros países como EEUU, donde el 33% de las viviendas son prefabricadas.

Las nuevas construcciones logran además unos grandes ahorros en energía comparadas con las anteriores, haciendo que sean más interesantes de instalar en zonas frías pues suponen un ahorro de un 20% en energía para la calefacción, al montarse con estudios de la zona y materiales especiales para lograr estos ahorros.

Las empresas de fabricación las montan en sus fábricas, a veces de forma modular para terminar de instalarlas en el lugar final. Ya no todas son de madera, pues se construyen también con materiales como el hormigón, el plástico PVC, aluminio, acero y madera, mezclando estos materiales según diseño y necesidades de cada zona de la obra final.

La flexibilidad en el diseño es casi total, y ese es uno de los atractivos mayores de estas fabricaciones, pues permiten adaptarse al terreno y a las necesidades y gustos del cliente comprador. Y si a eso le añadimos que su durabilidad en el tiempo, a veces con muy poco mantenimiento, ha aumentado mucho con los nuevos materiales y tratamientos, nos encontramos con unas posibilidades de futuro, muy amplias.


La ciudad del futuro, que hay que edificar en el presente

Todos queremos que nuestras ciudades sean esos lugares perfectos para vivir, pero admitimos que los crecimientos desmedidos de las últimas décadas juegan en contra de lo que pensábamos que iban a convertirse las ciudades. Hay que volver al diseño humano y amable en las ciudades vivas que puedan hacer cambios.

Pero no todo es negativo en los cambios de las ciudades, hay esperanza de revertir los problemas y convertirlos en transformaciones urbanas positivas. 

Veamos algunas pinceladas en bruto de los problemas y soluciones que tenemos encima de las ciudades en estos años de cambios y crecimientos.

Sin duda las ciudades deben ser lugares sostenibles, sanos, sin contaminación, donde vivir no represente un problema añadido. Y para ello debemos trabajar en algunas acciones que tal vez no admitamos con facilidad.

Una de ellas es la reducción clara y contundente de la contaminación por empresas dentro de las ciudades y por el uso excesivo de vehículos contaminantes dentro de nuestras calles. 

Los vehículos públicos deben ser eléctricos, los privados deben utilizarse menos y los privados de transporte y carga deben tender a ser mixtos o eléctricos.

El ruido es contaminación, es pérdida de calidad de vida. Y es un ataque a nuestra salud. Hay que controlarlo y bajar su intensidad. 

En la misma medida en que dentro de unos años seremos capaces de modificar aunque sea levemente las temperaturas extremas de las ciudades y su humedad inadecuada. Hoy esto nos parece imposible (y lo es) pero se trabaja sobre microclimas y el efecto que todas las piezas de la ciudad tienen sobre el clima de su interior.

Las viviendas son el elemento clave de las ciudades. Por eso es fundamental que todos estos cambios entren precisamente primero en las viviendas. Mejor aislamiento, más control y eficacia en las temperaturas y humedades interiores, pero todo de forma mucho más sostenible para la comunidad. 


Una ciudad es sobre todo una sociedad. 
Una ciudad son personas.


Por eso lo fundamental en toda ciudad, tenga el tamaño que tenga, es volver a sistemas de seguridad pasiva ente todo tipo de problemas, sean de salud, de trabajo, económicos o de seguridad ante ataques externos. 

Las ciudades deben organizar sistemas de seguridad que abarque mucho más que la delincuencia. El ciudadano debe sentir que la ciudad le arropa, como en las tribus ancestrales sabía que el conjunto de vecinos le iba a arropar cuando lo necesitara.

La movilidad es cada vez más necesaria al ser las ciudades cada vez más grandes. Para ello es imprescindible diseñar sistemas de movilidad que sean sostenibles en cuanto a contaminación y precio. La movilidad urbana es un derecho, y como tal debe ser facilitado de forma pública, a costa de impuestos a otras actividades humanas. 


Una ciudad debe tener elementos naturales dentro de su diseño. Cada vez es más necesario disponer de grandes zonas verdes para el descanso y el cambio emocional. Pero cada vez es más habitual en las grandes ciudades, dentro de los barrios, pequeñas islas naturales para el reposo (muy normal en ciudades del centro de Europa).

No son los clásicos parques de barrio, sino diseños en relieve de escenarios (casi) naturales. No son parques planos, sino construcciones para engañarnos de que la naturaleza la tenemos dentro de nuestras calles. Y donde se deja que la naturaleza haga su trabajo de crecimiento desordenado. 

Son zonas pequeñas de no más de 500 metros cuadrados, a veces cerradas a ciertas horas, donde se logra la sensación de estar en "otro mundo", de haber llevado el campo al centro del barrio.

La conexión entre (y dentro de) ciudades es fundamental. No es posible en el siglo XXI pensar en ciudades donde no sea sencillo comunicarse con el exterior de forma rápida y con todo tipo de herramientas presentes y futuras. La comunicación virtual es el elemento que todavía hoy no valoramos en su justa medida. Hay que poder viajar con facilidad, de forma presencial o de forma virtual para multiplicar la información y el conocimiento.

Las ciudades deben ser lugar de cultura, de ocio, de conocimiento compartido, de intercambio de sensaciones


Hay que diseñar las ciudades pensando en su rentabilidad humana. Es cierto que además deben ser sostenibles y rentables a la hora de construirse. Pero el elemento de calidad lo ofrece el que sean ciudades humanamente diseñadas. 

Ciudades bonitas, agradables, con luz y silenciosas, verdes y limpias, seguras y amables, fáciles y con todos los servicios a la distancia mínima para poder ir caminando hasta ellos. 

Ciudades que sepan integrarse en su entorno, que transmitan calma y paz, que tengan en su interior muchas pequeñas islas de relaciones entre personas, de entender la ciudad del siglo XXI como una continuación de las organizaciones rurales donde el sol era una parte imprescindible de la vida.

NOTA.: Un arquitecto amigo, Guillermo Corral, especialista en proyecto urbano y paisaje, ha leído el texto anterior y me ha remitido unos pequeños comentarios que ceo muy interesantes añadir.